miércoles, 13 de abril de 2011

La influencia de la televisión en los niños

Dentro de los medios de comunicación, la televisión es el más accesible para los niños, ya que está presente en la mayor parte de los hogares y no requiere de habilidades muy complejas para recibir la información, como sería, por ejemplo leer, en el caso de los diarios. Se sabe que la TV tiene influencias tanto positivas como negativas en los niños, por esto es importante analizar estas influencias y sus efectos para así poder controlar los negativos y promover los positivos.
Según el reporte Nielson de 1985, los niños escolares pasan semanalmente veintiséis horas y veinte minutos, en promedio, viendo televisión. Singer y Singer señalaron que los niños pasan más tiempo viendo televisión que realizando cualquier otra actividad, excepto dormir(Rice, 1997)

Según datos de la UNESCO, América Latina muestra un aumento de la oferta de canales de televisión disponibles, y también un aumento de televisores en los hogares. En Chile, entre 1970 y 1990, la disponibilidad de televisores por mil habitantes aumentó de cincuenta y tres a doscientos cinco(Fuenzalida, 1994).

La influencia de la televisión en los niños, en su desarrollo, y sus relaciones son muy importantes(Rice, 1997), se ha planteado que la televisión, al mostrar las duras realidades de la vida a los niños, ha modificado la naturaleza de la infancia. Por otra parte, los medios de comunicación llevan a los hogares ideas y percepciones, las cuales, con frecuencia, riñen con los valores paternos(Levine, 1997).

De lo anterior podemos concluir que la televisión es, sin lugar a dudas, un importante agente de socialización(Fuenzalida, 1994), el cual afecta todos los aspectos de ésta(Hoffman, 1997).

Los padres ejercen menos control sobre los programas que el niño ve(la mayoría no van destinados a los niños)a medida que el niño se hace mayor (Hoffman, 1997), esto se suma al hecho que los padres están cada vez menos tiempo con los niños(Levine, 1997). Todo esto, ha llevado a investigar, debido a la preocupación de los padres, educadores y psicólogos, los efectos tanto negativos como positivos de la televisión en las diferentes áreas del desarrollo del niño(Hoffman, 1997).

Violencia televisiva y comportamiento agresivo

Actualmente, el tema de la violencia en la televisión ha generado gran preocupación, debido a que estimularía la conducta agresiva en los niños, los cuales pasan muchas horas frente al televisor viendo programas infantiles(tales como los Power Rangers o Dragon Ball Z), o para adultos, siendo los primeros seis veces más agresivos. Entre los actos violentos que son vistos por los niños están: asesinatos, guerras, puñetazos, golpizas, cuchilladas, balaceras, patadas, accidentes violentos y destrucción de propiedades, entre otros. Los niños que ven violencia en la pantalla se comportan más agresivos sin importar su localización geográfica, su sexo, su nivel socioeconómico o si tienen problemas emocionales. Este efecto es interdependiente, es decir, los niños agresivos eligen programas violentos y aquellos que ven estos programas, son más agresivos. La televisión fomenta la conducta agresiva de dos modos, o imitan el modelo que observaron y llegan a aceptar la agresión como conducta apropiada.


Roles de género y televisión:

Los niños obtienen de la televisión información sobre posibles ocupaciones y/o actividades para hombres y mujeres, y creen que esta información es cierta. La TV presenta muchos más estereotipos de los que se encuentran en la vida real. Aparecen más hombres, y éstos son más agresivos, activos, constructivos y serviciales, sus actividades la aportan recompensas tangibles. Pero las mujeres tienden a ser diferentes, pasivas e ignoradas, y son castigadas si se vuelven muy activas.
En los últimos años han cambios en la televisión, las mujeres pueden trabajar fuera de la casa y los hombres pueden estar a cargo de los niños, pero todavía hay muchos estereotipos del género.

Educación y televisión:

Programas educativos como "Barrio Sésamo", por ejemplo, han arrojado beneficios que consisten en que aumentan las habilidades para reconocer y nombrar letras, clasificar objetos, nombrar las partes del cuerpo y reconocer formas geométricas, además los niños llegan a la guardería con un buen vocabulario y muy bien predispuestos a aprender a leer. Por otra parte, estos programas pueden enseñar a los niños a cooperar, a compartir, a ser afectuosos, amistosos, a controlar la agresión, cómo afrontar la frustración y a terminar las tareas que emprenden. Se pueden presentar modelos de relaciones familiares armoniosas y de conducta cooperativa comprensiva y educativa.

Como pueden ayudar los padres:

- Asistiendo los programas de telévisión con ellos.

- Eligiendo programas apropiados para el nivel de desarrollo del niño.

- Poniendo límites a la cantidad de tiempo: no más que una o dos horas al día.

- Apagando la tele durante las horas de la comida y de los estudios.

- Apagando los programas que no les parezcan apropiados para su hijo.

- Evitando siempre los programas con violencia explícita. Las telenovelas, noticiarios, o dramas pueden causar sufrimientos innecesarios a un niño.

- Estimulando discusiones con sus hijos sobre lo que están viendo mientras miran a los programas juntos.

- Señalando el comportamiento positivo como la cooperación, la amistad, etc.

- Haciendo conexiones de lo que están viendo con situaciones reales o de estudio.

- Relacionando sus valores personales y familiares con los que ven en la tele.

- Discutiendo con ellos sobre el papel de la publicidad y su influencia en lo que se compra.

- Estimulando al niño para que practique deportes, y se envuelva en pasatiempos y en estar con amigos de su misma edad.

- No permitiendo a niños con edad inferior a los 2 años a que miren la televisión.

- Grabando programas de calidad para verlos en otro momento.

- Evitando el zapping. Solamente encender la tele para mirar algún programa específico.

- Creando el hábito de apagar la televisión cuando se termina el programa.

- Haciéndoles saber que los personajes en las películas son desempeñados por actores y no por personas reales.

Conclusión:


La televisión tiene sus aspectos negativos y positivos. Hay más negativos que positivos, ya que cuando los niños ven la televisión, ven violencia, roles de género, etc y luego eso lo imitan en su vida diaria. Los positivos, es que con programas culturales les permite acercarse a otros mundos, conocer lugares que no han visto, ir conociendo más el mundo que les rodea.
Por último, es importante destacar la enorme responsabilidad de los padres en la cantidad y calidad de televisión a la que estén expuesto sus hijos, ya que los primeros deberían poner ciertos límites y/o reglas, además de promover una vida familiar con más conversación e interacción entre sus miembros


miércoles, 6 de abril de 2011

El juego y la educación infantil

El juego infantil es una necesidad  básica para un buen desarrollo de la inteligencia y también para el equilibrio físico emocional acorde a su edad. El juego intanfil es básico que no sólo nuestros pequeños lo realicen en la escuela, con la ayuda de la maestra/o y con sus compañeros/as, sino que también es imprescindible que lo realicen en casa en colaboración de sus familias.

Si convenimos, pues, que esta etapa es fundamental en la construcción del individuo y que el juego es lo que caracteriza la infancia, tendremos una razón esencial para establecer su importancia de cara a la utilización en el medio escolar. Además, últimamente, están apareciendo estudios muy serios centrados en el juego simbólico que ponen de relieve su importancia para que el niño o la niña organice sus conocimientos sobre el mundo y sobre los otros.

Jugar les posibilita aprender acerca de sí mismos y del mundo en que viven. Los niños que tienen buenas experiencias de juego tienen una mayor chance de adquirir una adecuada autoestima y de convertirse en miembros de la sociedad más productivos y responsables.



Entendiendo así al juego, con las características mencionadas, no debe posibilitarse en las escuelas tan sólo al final de cada jornada como un espacio-tiempo de “recreo” en el que los niños pueden accionar a voluntad mientras los maestros descansan a posteriori de haber “trabajado” mucho en la sala o para llenar tiempos
muertos entre la conclusión de una actividad y el comienzo de otra.

El juego debe tener tanta o más importancia que cualquier otra actividad en estas edades y concretarse en cualquier momento de la jornada según intereses emergentes y necesidades de los niños sin olvidar que posee la característica particular de su gratuidad, pues de su proceso no se esperan logros determinados.

Los niños aprenden a relacionarse mediante el juego, adquieren normas, se desarrollan en todas las funciones.

En la actualidad:

Considerando que el juego es de fundamental valor para todas las personas, dado el mundo alienante en el que estamos viviendo, pero que específicamente constituye un derecho y una necesidad vital para el niño, hace ya unos cuantos años que me preocupa el resultado de continuas observaciones que demuestran que los pequeños juegan cada vez menos, tanto en las escuelas como en los hogares y en los espacios abiertos.

En la actualidad y especialmente en las grandes ciudades los motivos son variados: la carencia de espacios físicos adecuados, viviendas cada vez más pequeñas, la imposibilidad de jugar en las calles por los riesgos existentes, la inserción de las madres en el mundo laboral durante muchas horas diarias, la constante exposición de los niños a la T.V. y otros medios de comunicación masiva y tantos otros. Aún en el Jardín de Infantes que debería ser el lugar de juego por excelencia, no siempre se ofrecen las posibilidades necesarias para jugar debido al exagerado énfasis en la enseñanza de contenidos disciplinares.
Pareciera que en las instituciones educativas se ha perdido el mundo de la imaginación por dar paso solamente al mundo de la realidad. La incorporación de normas y reglas, la organización del tiempo y el espacio, los programas y las formas de relación dentro de las aulas con el propósito de preparar a los niños para una sociedad determinada han reducido la importancia del juego y en muchos casos, la espontaneidad de su comportamiento.
Cada vez menos tiempo para jugar y menor capacidad para hacerlo. Y en relación con esta aseveración surgen estos interrogantes, ¿cuál es el motivo o los motivos?, ¿los espacios pequeños y entornos poco adecuados, los excesivos límites acerca de todo lo que no les está permitido, los juguetes de plástico, estructurados, la vida cada vez más artificial? Y, ¿cómo mejorar esta situación y devolver a los niños por lo menos una parte de su derecho a jugar?
 
 


Conclusión:

Los niños deberían jugar más en casa y en el colegio. Jugar es una actividad natural del niño que hace que pueda desarrollarse plenamente.
El juego es básico en la educación infantil, para que los niños a la vez que se diviertan aprendan cosas del mundo que les rodea.

Aquí dejo un enlace de una página que tiene juegos y videos para los niños de infantil que es muy interesante:

http://www.pipoclub.com/webonline/webonline.htm